La temporada 2018-19 ha llegado a su fin en la Liga Iberdrola y, con él, el sueño del Málaga. Porque las blanquiazules lucharon hasta la última jornada para conseguir la tan ansiada permanencia, pero hay veces que no basta con el corazón.
Porque se le pueden reprochar cosas a este equipo, pero no el compromiso, la ilusión y el pundonor de las jugadoras, muchas de ellas novatas en la categoría.
Tras lograr el ascenso a Primera después de proclamarse campeón del Grupo 4 de Segunda, el Málaga debutó ante el Atlético de Madrid. Difícil rival: primer partido y primera derrota.
Las de Antonio Contreras también cayeron ante Real Sociedad (3-0) y Betis (0-3). No ganaron su primer punto hasta la cuarta jornada, cuando consiguieron un empate frente al Valencia (0-0)
Justo después llegaría su primera victoria, contra el Espanyol en casa (2-1), pero las blanquiazules volvieron a la senda de la derrota ante Logroño (1-2) y Granadilla (1-3).
En la octava jornada, el Málaga volvió a ganar. Fue ante el Madrid CFF, uno de sus rivales hasta el último suspiro por la permanencia, por 2-1. Después, encajó la goleada más abultada del curso (ante el Levante, 7-0) para lograr otro triunfo frente al Sevilla (3-1).
Pero las costasoleñas encajaron tres derrotas consecutivas frente a Rayo (1-0), Athletic (0-2) y Sporting de Huelva (2-0), antes de sacar otro punto con un empate frente al Albacete (1-1).
Las de Contreras despidieron 2018 con una goleada ante el Barcelona (0-4), pero en puestos de permanencia: ocupaban la duodécima posición con 14 puntos, estando la zona roja en diez.
Sin embargo, la mala segunda vuelta hizo que el Málaga se hundiera en el pozo de la clasificación tras sumar tan solo seis puntos en 13 jornadas.
Ni los refuerzos hicieron que las blanquiazules recuperasen el gol. El equipo se reforzó en el mercado de invierno con tres delanteras, un claro sínroma de la falta de gol que atravesó en el primer tramo de la temporada.
Así, llegaron al club malagueño tres internacionales: la sudafricana Ode Fulutudilu, la camerunesa Gaëlle Deborah Enganamouit y la malí Bassira Touré.
No fue suficiente. El conjunto blanquiazul empató contra el Betis (1-1), pero perdió ante Real Sociedad (1-3), Atlético (4-1) y Valencia (1-4) antes de sacar otros dos puntos consecutivos (1-1 ante Espanyol y Logroño, en casa y fuera, respectivamente).
Después, casi todo fueron penas para el conjunto andaluz, falto de puntería: cayó ante Granadilla (1-0), Sevilla (5-0), Levante (0-1), Madrid CFF (1-0) y Barcelona (6-0).
Goleó al Albacete en la jornada 26 y empató frente al Athletic (0-0) en la penúltima jornada para mantener la esperanza, pero se quedaron muchos puntos en el camino en una exigente Primera División.
El Málaga no dependía de sí mismo: necesitaba ganar ante el Rayo y esperar los tropiezos de Madrid CFF y Albacete, que llegaban a la última jornada con 24 puntos. Dos más que las costasoleñas, que pese a ganar al Rayo vuelven a Segunda.