Con toda la emoción del mundo, Holanda demostró un doble dominio: el de Europa, proclamándose campeona, y el de las tandas de penaltis, puesto que levantó el título tras su tercera victoria en las tres que tuvo que superar durante el torneo.
Antes de eso, el choque repartió méritos y emociones también para Italia, que completó muy buena final durante el tiempo reglamentario.
Tras una primera mitad algo más respetusa, el torrente de goles se desató en la reanudación. Timber dio ventaja a los holandeses con un tiro por la derecha. Ello sacó el mejor carácter de Italia, que le dio la vuelta al duelo en tres minutos.
En el 61', Ricci igualó con un bello tanto. Riccardi no quiso ser menos y mejoró más aún la factura para acercer el título. Sin embargo, a poco más de diez minutos del final Brobbey puso el 2-2 definitivo.
En los penaltis, el 1-4 dejó claro a quiénes le temblaron más las piernas.
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— OnsOranje (@OnsOranje) 20 de mayo de 2018