Sacó de quicio a los jugadores del Dortmund, entre ellos, a Hummels, que ya no sabía de qué manera intentar super al portero para meter el balón en la portería.
Atajó balones en acciones de uno contra uno y goles más que cantados. Además, agarró la suerte con ambas manos, en el tanto legal de Hummels que el colegiado se encargó de anular.
En los primeros 15 minutos del encuentro, Aigner subió el único tanto del partido al marcador, gracias a un buen cabezazo.
Los minutos restantes fueron un festival de oleadas ofensivas del Dortmund, pero que siempre se encontraban con el mismo muro: Hradecky.