Corría el minuto 25 de un duelo dominado por los de Southgate cuando el '3' búlgaro tiró al suelo al atacante inglés con una dura entrada. Los futbolistas discutieron con el defensa sobre su dura acción y este habló de forma calmada con ellos para hacer las paces.
No pasó lo mismo en las gradas. Los aficionados la tomaron con el jugador del Manchester City, que empezó a escuchar cánticos racistas. Estos eran entonados en búlgaron, lo que hizo dudar a muchos de si realmente estaban siendo ofensivos en ese sentido.
Pero el colegiado se dio cuenta y lo confirmó, así que decidió parar el partido y no reanudarlo hasta que se diera un aviso por megafonía. Este, que fue dado tanto en el idioma local como en inglés, avisó de que, si los fans seguían así, el partido se suspendería.
La Selección Inglesa ya se planteaba con tiempo retirarse del terreno de juego en caso de que hubiera más ataques racistas. Se trata de una intención real de los futbolistas, que conversaron con el árbitro durante un largo rato sobre la posibilidad de marcharse ya, pero prefirieron dar una segunda oportunidad.
Huelga decir que el reglamento de la UEFA especifica claramente que, en estas circunstancias, se puede suspender perfectamente el enfrentamiento. Poco después, el duelo tuvo que detenerse de nuevo por las quejas de Southgate y los aficionados que estaban comportándose de forma incorrecta abandonaron el estadio.