Después de maravillar en las filas del Alavés, Ibai Gómez regresó al Athletic para seguir asombrando a todos cada vez que sale al terreno de juego. Ante el Espanyol, el vasco dejó su sello.
Con 0-1 en contra, el atacante apareció por la banda derecha, levantó la cabeza y metió un centro con el exterior al corazón del área. No se lo pensó dos veces y Raúl García se lo agradeció.
El navarro, que estaba esperando el esférico, le ganó la partida a su marcador y giró la cabeza. El balón acabó en el fondo de las mallas de la portería defendida por Diego López.