Marco Serra fue el protagonista del Milan-Spezia muy a su pesar. Su garrafal error al pitar una falta que invalidó el gol de la victoria 'rossonera' se agravó cuando, a continuación, el Spezia marcó el tanto del triunfo. Estaba tan descompuesto que hasta se le escaparon las lágrimas.
Ante Rebic fue a por él, hecho una furia. Se le iba a comer, porque había condenado al Milan con su error de juicio. Pero le vio tan hecho polvo que acabó dándole un abrazo.
Según el 'Corriere della Sera', una vez en los vestuarios y casi entre lágrimas pidió perdón de los futbolistas del Milan. Pero fueron estos quienes acabaron consolando al colegiado, con Ibra a la cabeza.
Pioli confirmó lo sucedido después, en la sala de prensa. "El árbitro pidió perdón. Lo sentimos por la persona, se dio cuenta enseguida de su error y hay poco que hacer. Yo lo siento, pero perdimos los tres puntos", explicó.