El Logroñés vive y vive por la permanencia. Después de tres meses sin conocer la victoria, se reencontró con ella en su partido contra el Tenerife de la jornada 33 del campeonato. Su capitán, Iñaki, y uno de sus rivales más amenazantes en un principio, Fran Sol, obraron el 1-0 final.
El delantero, en el minuto 59, se durmió después de cortar un pase en la frontal de su área. Tardó demasiado en despejar o combinar y ahí apareció Iñaki para robarle la cartera y batir a Dani Hernández con un zapatazo raso ante el que no pudo hacer nada.
La diana se antojó trascendental porque, hasta entonces, el encuentro estaba siendo muy, muy abierto. Los chicharreros dominaron más, aunque no descaradamente, pues los riojanos iban aprovechando todo espacio del que disponían, pero les faltó pólvora.
Evidencia de ello fue que Fran Sol, normalmente a un alto nivel, apenas apareciera arriba y sí atrás para cometer un fallo que, al final, costó los puntos. Zarfino se vistió de rematador en las ocasiones más claras del equipo, en las que Miño respondió diligente.
Tampoco fue excesivamente notoria la presencia de Nano Mesa en los dominios de Dani Hernández. Sí las llegadas de Iago López o Paulino por las bandas. Quien más cerca estuvo de ver puerta antes que Iñaki, eso sí, fue Andy, que se encontró con un paradón de Dani.
En resumidas cuentas, el Logroñés tiró de acierto para dar una bocanada de oxígeno vital en la pelea por la permanencia en un partido igualado que pudo resolverse con otro resultado. Lo mejor de los riojanos, mantener a raya al Tenerife, que tenía serias dificultades para plantarse con peligro ante Miño, después del 1-0.