Con la suplencia Sergio Busquets y la posición más retrasada de Frenkie de Jong, se esperaba que los tres de arriba pudiesen colaborar algo más en la construcción de juego, bajísima durante una primera mitad dominada por el Real Madrid. El tridente no marcó la diferencia en el 'Clásico'.
Messi, Suárez y Griezmann aterrizaban en el partido ante el eterno rival de dulce. Sin contar el partido ante el Inter -solo fue titular el francés- la 'msg' se había lucido en los últimos dos encuentros en los que habían jugado juntos -Mallorca y Real Sociedad-. Un total de siete goles en dos partidos. Iba a ser el pilar fundamental para castigar a un bien armado Real Madrid.
Pero la realidad fue una muy distinta. Al equipo de Ernesto Valverde le costó muchísimo salvar la presión 'merengue', sobre todo hasta la segunda mitad. Ter Stegen buscó en varias ocasiones a Suárez con pases directos muy difíciles de amortiguar. En esa triple isla del ataque, el Barça encontró luz en la oportunidad que malogró Ramos en línea de gol tras disparo de Messi. También la que perdonó Jordi Alba tras una asistencia espectacular del '10'. No era el día.
Suárez parecía otro y Messi, a ratos
El uruguayo comenzó eléctrico, como casi siempre, pero se fue apagando con el paso de los minutos. Raro en él. Al charrúa casi ni se le vio protestar. Siempre vigilado por los centrales del Madrid, fue el peor de los tres de ataque del Barcelona.
Se le suele dar especialmente bien el Real Madrid en los 'Clásicos' -once goles en 16 partidos-, pero en este empate a cero no pudo lucirse, eclipsado por la falta de ideas del equipo en zona ofensiva y por lo que le costaba al centro del campo conectar con el tridente.
Tampoco fue el mejor duelo ante el Madrid de Messi. La falta de protagonismo con el balón del Barça le privó en los primeros 45 minutos de brillar. Pese a todo, pudo marcar y asistir tras dos despistes blancos atrás. Un genio siempre guarda trucos bajo su manga.
En la segunda parte retrasó algo más su posición con el objetivo de entrar algo más en juego, pero estaba muy lejos del área rival. Pudo decidir el 'Clásico' tras pase de Griezmann, pero, incomprensible en él, no atinó en el disparo. Su frustración se vio resumida en la que fue casi la última acción del partido, en una pared con Suárez que, normalmente, ambos trazan de memoria. No salió. En parte por culpa de Casemiro, siempre atento a las vigilancias, en especial a la del argentino.
Griezmann, bien en defensa y olvidadizo en ataque
Sin ser un partidazo del francés, el 'Principito' fue de lo mejor, al menos en cuanto a esfuerzos. Dio apoyos constantes en zona de tres cuartos e intentó asociar en zona ofensiva sin mucho éxito. De hecho, parte de la grada del Camp Nou no entendió que fuese el sustituido por Ernesto Valverde a la entrada de Ansu Fati. Tras oír algún silbido, probablemente por la sustitución, Griezmann escuchó aplausos por su actuación.
En defensa estuvo notable. Tapando constantemente las subidas de Dani Carvajal y duplicando esfuerzos cuando Isco o Fede Valverde percutían por su zona. El galo sí trabaja para liberar a Messi y Suárez en el repliegue.
La casi desaparición de la 'msg' en el 'Clásico' se hizo notar en la balanza del encuentro para un Barça que, después de hacer balance general, no ve tan mal un empate para seguir comandando la tabla con los mismos puntos que su eterno rival.