Angulo y Lomónaco enrojecen La Bombonera

No es el año de Boca Juniors, que pide a gritos una transformación. Tras el ridículo de caer en la fase previa de la Libertadores, la derrota ante Independiente en los cuartos de final del Apertura argentino terminó de agravar la crisis en La Bombonera, donde el aficionado local dijo basta.
El cabreo xeneize es equiparable a los méritos que sigue desempeñando el 'Rojo' esta temporada. Tras una fase regular con liderato y buen fútbol, la lógica deportiva se impuso gracias al buen tanto de Angulo a los 64 minutos de partido.
Por encima incluso del goleador destacó Kevin Lomónaco, líder indiscutible de Independiente en su victoria por la mínima con su dominio y despliegue en la medular. Al platense se unieron los méritos de un Rodrigo Rey acertado bajo palos cuando tocó.
En la primera mitad, los guardametas anduvieron especialmente inspirados. Si Marchesín se tiró a los pies de un lento Giménez para abortar el 0-1, poco después fue una salida de Rodrigo Rey la que impidió que se moviera el marcador en un mano a mano con Merentiel.
Sin embargo, todo pudo haber cambiado de no haber errado Palacios un gol que solo tenía que empujar. Merentiel ganó la línea de fondo, vio solo al chileno y este, incomprensiblemente, la mandó fuera. Se quedó en el suelo lamentándolo. Al término del choque, lo lamentaría mucho más.
Tras la reanudación, el equipo visitante comenzó a sentirse más cómodo. Fruto de ello, Angulo rompió la igualdad. Recuperó la bola en un córner que habían despejado los locales, encaró el área, se tiró un autopase ante Costa y definó en la salida de Marchesín al otro palo.
Ya desesperado en busca de la igualdad, Marco Rojo tiró de los tocados Ander Herrera y Cavani. Desdibujado y con Lomónaco al timón de Lomónaco. Pero la desesperación fue consumiendo a los jugadores. En la grada, repleta y muy animosa, estalló la ira al pitido final. Porque aunque queda el Mundial de Clubes, la campaña está siendo una colección de decepciones.