Los años 80 fueron muy convulsos en el fútbol inglés. El 'hooliganismo' estaba en auge y una de las formas de combatirlo fue la de prohibir el alcohol en los estadios.
Eso, para una cultura como la inglesa, donde la cerveza es una religión, fue duro, pero la norma se acató y ahora, más de treinta años después, se asume como algo normal.
Sin embargo, varios clubes de la Football League (el organismo del que dependen el Championship y las Leagues One & Two) los que han pedido que vuelva la cerveza al fútbol.
Aunque es cierto que la prohibición del alcohol ha contribuido sensiblemente a que los incidentes dentro de los estadios se reduzcan notablemente, estos nueve clubes consideran que la ley supone un agravio comparativo para el fútbol.
Porque en los estadios de rugby o cricket, los otros deportes mayoritarios en Inglaterra, sí se puede beber alcohol. Eso provoca circunstancias tan particulares como la del Keppmoat Stadium.
En dicho estadio no se vende cerveza cuando juega el Doncaster Rovers, pero sí cuando lo hace el Doncaster Rugby, de la tercera división del rugby inglés.
Los clubes, apoyados por la Federación de Aficionados de Fútbol (Football Supporters Federation, FSF) aseguran que la prohibición no ha reducido en estos 33 años el consumo de alcohol, sino que lo ha desplazado a las horas previas a los encuentros de fútbol.
Dicho de otro modo, los 'hooligans' ya no se emborrachan en los estadios, lo hacen en los bares, en la calle, y llegan ebrios a los estadios, por lo que la reducción de incidentes debe deberse a otras razones.
Además, la venta de alcohol supondría una nueva fuente de ingresos para los clubes, pues a buen seguro cobrarán cada pinta por un buen puñado de libras.
La propuesta se topará, a buen seguro, con el rechazo frontal del gobierno británico, máxime teniendo en cuenta el repunte de los incidentes protagonizados por ultras en Gran Bretaña y en el extranjero, cuando sus equipos juegan competición europea.
No es la única propuesta con aroma a fútbol clásico que ronda por Inglaterra. Hace unas semanas varios equipos pidieron la vuelta de las localidades de pie en sus estadios. Aunque, viéndolo desde la distancia, el gallinero y la cerveza es posible que no casen nada bien.