No salieron los 'foxes' demasiado concentrados al terreno de juego, pues pronto tuvo Ings una doble oportunidad para adelantar a los suyos. Schmeichel pudo reaccionar en ambas ocasiones para evitar la catástrofe e insufló moral a los suyos. Prácticamente en la siguiente jugada, Praet firmó su primera diana para el club gracias a un gran pase de Vardy al segundo palo: se la puso en bandeja de plata.
Pasó lo mismo, pero para sus rivales: Armstrong probó suerte con un disparo potente y la acabó teniendo. La pelota rebotó en Madison y entró en la portería, haciendo inútiles los esfuerzos del guardameta por reaccionar. La igualdad hacía que saltaran chispas en el King Power Stadium, pues las dos escuadras estaban llegando con bastantes posibilidades de marcar en las porterías contrarias.
Vardy llegó a marcar, pero estaba en fuera de juego. Ings le dio al larguero dos veces en un minuto, dejando las gradas silenciadas y a los locales con el corazón en la boca. Las espadas estaban en todo lo alto y ninguno de los dos conseguía desequilibrar el electrónico.
El Southampton se puso manos a la obra en la segunda parte y Stephens fue el primero en acercarse a la diana, pero el trabajo de Söyüncü atrás para evitar el tanto en el último instante fue sencillamente brutal. Eso sí, no sirvió para cambiar la tónica.
Acabó llegando el gol que se veía venir desde hacía un rato. Y, como no podía ser de otra manera, fue Ings. Recibió un preciso -y precioso- pase de Adams para dejarle solo ante Schmeichel y batirle con mucha calidad. Desde entonces, se echaron atrás para defender la ventaja.
Los 'foxes' la tuvieron clarísima para firmar la igualada, pero el cabezazo de Evans, que sí que había entrado en la porterçia, fue anulado por fuera de juego. EL VAR, de nuevo, protagonizó el tramo final del duelo dejando a los fans helados justo antes de que se oficializara la decepción por 1-2.