"Mi primera opción era el Real Madrid. La segunda, el Real Madrid. La tercera, el Real Madrid", aseguró el malagueño en su puesta de largo presumiendo de jugador blanco. "Messi es el mejor del mundo y de todos los mundos", fue el mensaje más celebrado de Boateng este martes. La hemeroteca, eso sí, dice otra cosa.
Los futbolistas no criados en casa han tenido que lidiar siempre con la etiqueta de mercenarios. Como si no pudieran llegar a sentir los colores tras toda una trayectoria. Quién podría negar que Zidane es muy madridista o Stoichkov muy 'culé'.
Tampoco la crianza garantiza nada. Ahí están los casos de Raúl, 'colchonero' de pequeñito y leyenda madridista después. Iván de la Peña, Víctor Sánchez o Sergio García, que incluso tuvieron su protagonismo con el Barça en el primer equipo, son considerados símbolos del Espanyol.
Pero parece que ser del Barça o del Real Madrid es una cuestión que hay que reprogramar. Como si hubiera que borrar el pasado. Hay testimonios sobrados de que Brahim era aficionado al Barça con nueve añitos. Y este martes no paraban de verse vídeos en los que Boateng aseguraba su preferencia por lo blanco sobre lo azulgrana y de Cristiano por encima de Messi.
Cuando Iniesta fue creciendo y amasando gloria y títulos con el Barcelona, los aficionados del Madrid intentaban afear sus logros asegurando que era seguidor 'merengue'. Y, efectivamente, también la hemeroteca les da la razón. Sin embargo, el manchego es y será una leyenda del Camp Nou.
Se forjó en La Masia, asumió todos sus valores y, pese a su marcha la pasada temporada, nadie duda de su amor eterno a lo azulgrana.
Cuando Isco firmó por el Real Madrid, enseguida se intentó manchar su fichaje con las informaciones que rescataban el nombre de su perro, Leo Messi, y su pasión nunca reconocida públicamente por el Barça.
Sin embargo, ahí está el malagueño, como bandera de la racha de tres Champions consecutivas blancas y del mejor fútbol desplegado con Ancelotti y Zidane. Con gran parte de la afición lamentando que Solari no le dé mucha bola.
A Madrid y Barça les ha faltado naturalidad para asumir la situación con Brahim y Boateng. En su lugar, les asesoraron para que parecieran madridista y barcelonista de una cuna que no era la suya.
Al fútbol, en general, a veces le cuesta entender que Iniesta e Isco eran niños que soñaban y luego, profesionales cuyo currículo con sus respectivos equipos no permite el lugar a la duda.