Son horas de mucha tensión en Nápoles por culpa de la lesión de Lorenzo Insigne. El delantero se rompió en los últimos minutos del cierre de la Serie A frente a la Lazio (victoria local 3-1) y tiene al club en vilo con la Champions League en el horizonte.
Las primeras exploraciones muestran una lesión en el abductor. Tras regatear e intentar una arrancada, Insigne frenó de inmediato y se fue al suelo para pedir el cambio, tras lo cual abandonó el campo entre alguna que otra lágrima y con gesto de preocupación.
No obstante, se espera que el delantero italiano pase más pruebas en un plazo de entre 36 y 48 horas para conocer la gravedad de la lesión. O lo que es lo mismo, si llega o no a la vuelta de octavos de la Champions ante el FC Barcelona.
Gennaro Gattuso, entrenador del Nápoles, ya explicó en el pospartido que tendrán que esperar a más información por parte de los servicios médicos. ""No sé precisamente qué tiene, si hablo estaré diciendo cosas que quizás no son verdad. Este domingo se le hará una resonancia", señaló.
El Nápoles estará en el Camp Nou el próximo 8 de agosto, donde tendrá que sacar un resultado positivo sí o sí para hacer bueno el 1-1 de la ida en San Paolo. Y si no hay buenas noticias desde la enfermería, lo tendrán que hacer sin uno de sus referentes ofensivos.