El fútbol de Isco y Palmer, acordes celestiales al ritmo de una final

Hay futbolistas que valen una entrada. Que levantan espectadores a su paso, que tienen en su cabeza ese "algo" diferente. El recorte y giro que cambia el sentido de una jugada, el pase imposible, el gol que surje en un metro cuadrado. En Breslavia habrá un derroche de talento sobre el campo al servicio del trofeo de la Conference League, pero la calidad diferencial... esa la tienen unos pocos elegidos.
Francisco Román Alarcón Suárez y Cole Jermaine Palmer son casi indiscutiblemente los nombres propios de esta final. La primera en la historia del Real Betis en Europa. Para el Chelsea, la guinda a un año donde ha confirmado su regreso a la Champions League. Antony, Lo Celso, Enzo Fernández, Jadon Sancho... la lista de jugadores de muchos quilates es amplia. Pero hay algo en estos dos demonios con cara de angelito que los hace especiales. Cuando el balón está en sus pies, el fútbol suena a otra cosa. Es música celestial.
Dentro de este duelo, el papel de favorito del Chelsea no es al azar. Si seguimos rebuscando, nos salen razonablemente más estrellas que en el conjunto verdiblanco. Noni Madueke, Pedro Neto, Christopher Nkunku o hasta un Mykhailo Mudryk al que le sobra el talento, pero le falta ejecutarlo. De un vistazo hallamos fichajes astronómicos, salarios inalcanzables para LaLiga y una acumulación de perfiles semejantes en la línea de mediapuntas por culpa de una planificación azarosa. Pero siempre, siempre, siempre sobresale Cole Palmer.
Y eso que no es la mejor temporada del inglés. El mediapunta de Wythenshawe rozó lo celestial de la mano de Mauricio Pochettino, con el que se reivindicó en su primer año fuera del Manchester City. 'Cold' Palmer hizo la friolera de 25 goles y 15 asistencias (40 contribuciones) y después, aunque no fue titular, revolucionó a Inglaterra en la Eurocopa con la asistencia a Watkins para eliminar a Países Bajos en el 91' y marcó el empate momentáneo de la final ante España, aunque su compañero Marc Cucurella y Mikel Oyarzabal tenían otros planes.
Este curso, bajo la batuta de Enzo Maresca, las cifras de Palmer se han reducido a 15 tantos y nueve entregas en 45 partidos. En Conference League solo ha asistido una vez y no ha marcado ningún gol, todos los ha hecho en Premier. La historia es que de toda su producción, 12 dianas y seis de los pases de gol llegaron en 2024, cuando arrancó la temporada con un 'hat trick' asistente ante los Wolves o un póker contra el Brighton. En 2025, tres y uno en 24 choques disputados.
La sequía del mediapunta copó portadas y llevó a Enzo Maresca a asegurar que pasaba por un "proceso mental" complicado. Cole Palmer estuvo sin marcar un gol entre el 14 de enero y el pasado 4 de mayo, cuando anotó de penalti en la victoria 'blue' sobre el Liverpool. La baja de Nico Jackson en febrero y marzo le hizo mal porque entre ambos habían construido una buena alianza. De hecho, el delantero le ha dado más asistencias (4) al mediapunta que viceversa (2) esta campaña, aunque no puede ser el único factor que explice el bajón. Aun así, con su regreso volvió a carburar en el campo, aunque buscando alternativas a su juego.
El internacional de 23 años mejoró futbolísticamente en estos últimos meses escapando de la zona central y cayendo hacia el costado derecho, buscando más el desmarque y menos el balón al pie. Aunque Fornals o Cardoso tendrán que estar muy atentos, Palmer también será un incordio para Ricardo Rodríguez y obligará a trabajar a Abde o Jesús Rodríguez, por quien sea que apueste Manuel Pellegrini. Tiene mucho trabajo el entramado defensivo del Real Betis, que confiará en la genialidad arriba de los suyos para pescar en una final muy difícil.
Ahí es donde tendrá que surgir Isco Alarcón para dar sentido a cada ataque bético, ya sea conduciendo contras o buscando la genialidad en estático. Será interesante ver quién concede el balón, porque no sería descabellado pensar en un Betis dominador en apariencia mientras el Chelsea, con balas en los costados, espera algún error del equipo de Manuel Pellegrini. Por eso, la fiabilidad del malagueño para esconder la pelota y elegir la mejor opción es clave.
La redención futbolística del ex madridista en el Benito Villamarín es total. Su primera temporada ya fue un éxito y sonó para la Eurocopa, pero sufrió una lesión en el peroné en el peor momento que no solo le dejó fuera del torneo en Alemania, sino que se complicó y le hizo perderse la primera mitad de este curso. Isco no redebutó hasta el 7 de diciembre en el empate contra el Barça (2-2).
Pues bien, en esta campaña a medias ya ha mejorado los datos del año anterior con 12 goles y diez asistencias, aupado por la irrupción de un Antony que vuela a su lado. Fruto de su rendimiento, aunque le ha costado, Luis de la Fuente ya le ha dado sitio en la convocatoria de la Selección Española para jugar la 'Final Four' de la Liga de Naciones. Parece que al final sí tenía encaje a pesar del numeroso talento que 'La Roja' acumula también en la medular.
Como decimos, el juego de Isco va más allá de lo puramente estadístico. Lo suyo es ese temple, pisarla, girarse, la pared en el espacio corto. Verle por todo el campo buscando el esférico será buena señal para un Betis que afronta un reto mayúsculo. Y que Lo Celso esté, que Fornals participe o que Abde ande achispado será clave para las aspiraciones verdiblancas. Pero si Isco no hace un partido grande, los verdiblancos estarán en una desventaja mayor.