Ya en su última temporada en el banquillo blanco en su primera etapa, Zidane apostó por Isco en muchas de las citas importantes. A buen nivel, el '22' es casi indiscutible para el técnico francés, que se propuso recuperarle para la causa -como a otros tantos-. Sabía que el Madrid necesitaba volver a ver la magia del futbolista del Arroyo de la Miel.
Poco a poco, 'Zizou' metió en dinámica al ex del Málaga. Fue incluso titular en el Camp Nou, lo que evidenciaba el retorno de esa confianza del pasado que el técnico tenía en el mediapunta. En Arabia, en la Supercopa de España, el Madrid brilló en bloque... pero Isco fue un punto más allá.
El equipo blancó pobló la medular con Casemiro, Kroos, Modric, Fede Valverde y el mencionado Isco. Todos rindieron a un nivel notable. El '22', más participativo que ninguno, tuvo gran parte de culpa de que el Madrid lograra su mejor registro de la temporada en cuanto a pases: 798.
Fue a más con el paso de los minutos y el malagueño dio con su premio. En la primera mitad, ya con el 0-1 de Kroos, se reencontró con el gol ocho meses después con una buena definición de volea tras controlar con el pecho. Alegría, celebración y dedicatoria. La mejor inyección de moral que podía tener.
A partir de ahí, como si de una botella de champán se tratara, se vio a un Isco más suelto, con más ganas de tener la pelota. Con socios de lujo en el centro del campo, trató de elevar todavía más su nivel con acciones individuales -probó varias delicatesen-.
Más allá de su indiscutible mejora en cuanto a rendimiento, Isco dio un paso adelante también en el apartado físico. Aguantó los 90 minutos sobre el césped pese al desgaste, algo que no suele ser habitual. De hecho, en el cambio de James, su relevo natural, el elegido fue Modric.
Ahora, es la afición del Madrid quien examina al futbolista. Los 'merengues' esperan que este alto nivel del malagueño no sea un mero espejismo. Su reto personal es abandonar la irregularidad que le ha eclipsado durante los últimos meses.
A su favor, el '22' cuenta con el apoyo de Zidane, que ya ha desmostrado que cuenta con él para los momentos más importantes. La final de la Supercopa -ante Barça o Atlético-, un momento perfecto para recordar que el mejor Isco está de vuelta.