Hay miles de expresiones 'hechas' nacidas para describir este tipo de situaciones. Momentos en la vida en los que, cansado de que las cosas no terminen de funcionar, de repente surge un añadido que termina de dar la puntilla.
Evitando cualquier tipo de alusión hacia una mala relación entre Bale y el '22', la vuelta del galés -con gol- en la pasada victoria ante el Espanyol a domicilio no hacen más que agravar el 'caso Isco' en el Bernabéu.
El malagueño siempre destacó por poder moverse en un amplio abanico de posiciones entre el centro del campo y la delantera. Un hecho que le dotó de polivalencia, pero que hoy día transmite inseguridad en su entorno.
¿Dónde colocar a Isco? Con Casemiro, Kroos y Modric en el centro del campo, el internacional debería optar a los puestos de delante. No obstante, la confianza que está mostrando Solari en Lucas Vázquez, la vuelta del '11' y el paso adelante de Benzema le han relegado al banquillo.
Todo ello añadido a la irrupción de Vinicius. El brasileño entona los mismos cantes que otrora protagonizase el malagueño: la ilusión. El coliseo blanco, ávido de un nuevo ídolo, disfruta con el descaro, la habilidad y la sonrisa del brasileño.
Estos presagios no pintan bien para un Isco que ha pasado de ser pieza clave con Lopetegui a disputar un cuarto de los minutos (511 de 1.890) disponibles desde que Solari fue nombrado nuevo técnico 'merengue'. Hay mucha competencia y todos deben dar el máximo para ganarse el puesto.