Como un huracán. Tras una primera parte en la que ambos parecían no haber querido salir de los vestuarios, los 'blues' impsieron tres marchas más que su rival tras la reanudación. Como si tuviesen que remontar una goleada.
Primero fue Giroud, después, Pedro y el último, Hazard. El belga anotó de penalti el día de su despedida, dejando así la final casi vista para sentencia. Con el 3-0, la cara del propio Unai Emery lo decía todo: desesperación.
Pero Iwobi se iba a encarar de dar esperanzas a los suyos. Y no de cualquier manera. El futbolista 'gunner' recogió un balón en la frontal del área y de primeras, con su pierna derecha, batió a Kepa con un auténtico golazo de volea.
Entró casi por la escuadra. Un chicharro que animó a la afición del Arsenal a seguir creyendo en lo que sería una histórica remontada. Poco después, de nuevo Hazard sería el encargado de borrar esa ilusión de sus mentes.
29 de mayo de 2019