Uno de los lemas del Madrid no es otro que luchar siempre hasta el final. El conjunto blanco, que se jugaba la final del torneo de LaLiga Promises en Arona ante el Inter, logró la machada.
Todo estaba más que perdido hasta que entró a escena el minuto 'NoventayRamos'. Los niños, igual de los mayores, aprovecharon ese momento para igualar las cosas gracias a Jacobo.
Tras dos atajadas monumentales de Castillo, el '8' del Madrid cazó un rechace dentro del área y metió la cabeza para desatar la locura en las gradas. Forzaron la prórroga en el último suspiro y de ahí fueron a los penaltis.
En ese apartado, el conjunto 'merengue' fue mejor. El guardameta blanco, que estaba bendecido, volvió a tomar la responsabilidad y paró dos penas máximas, lo que propició que su equipo se llevase el título.