Comenzó la temporada sin entrar en la convocatoria en ninguna de las cuatro primeras jornadas de Segunda División.
Una situación que podría haber hundido moralmente a cualquier futbolista, pero no a Santi Comesaña.
Y es que a base de trabajo, el jugador se ha ganado la confianza de un Paco Jémez que le ha convertido en un hombre casi imprescindible en el Rayo Vallecano.
De hecho, el jugador ha acumulado casi 300 minutos en los últimos cuatro compromisos del conjunto madrileño, dejando muy claro que ha revertido totalmente la situación. Algo que reconoce su propio técnico.
"La idea era darle descanso frente al Elche, pero me ha vuelto a demostrar que a lo mejor es más necesario de lo que yo me pensaba", comentó Jémez. Todo un elogio.