Podríamos escribir una crónica o una fábula. La fábula del ciego y la lentilla. Nunca un choque de Zidane como técnico blanco había terminado sin goles en casa. Eso ya es bastante extraño de inicio. Pero es que el hecho surrealista de la noche podría explicarlo todo. Joel perdió una lentilla pasada la hora de partido. Tras más de siete minutos intentando ponerse una nueva, sin visión al 100%, siguió parando y parando. La ceguera volvió a ser del Madrid, lo cual dejó el resultado gafas. Así es cómo se vio el choque.
En serio. Merece la pena debatir sobre esta Liga en la barra del bar, con b. ¿Es una Liga peor viendo cómo los grandes se dejan tantos puntos? ¿Hay que celebrar que esto no sea el aburrimiento de siempre? La conversación para mucho. Después de que el Barça se viera remontado con tres goles en siete minutos y que Sevilla y Atlético se anularan para perder el tren de la cima, el Madrid se pasó la noche ante el Betis contando disparos al aire y frustraciones. La clasificación dice que los dos grandes son primeros con 22 puntos; pero ambos desprenden la sensación de que no lo son.
La historia del partido en su contexto propio es la del acoso sin derribo. La de ese "uy" continuo esta temporada en el conjunto blanco. Los de Zidane parecen necesitar gastar el cargador de una ametralladora para abatir una mosca. Quizá lo de Leganés fue un espejismo por lo laxo del rival. Ante el Betis, 97 minutos después, no hubo modo.
Llegó, y mucho el Madrid. Lo intentó de todos los colores, pero no le hizo un gol ni al arcoíris. Benzema, Hazard, Vinicius, Ramos, Mendy, Carvajal, Rodrygo... Puede verse como una colección de méritos continuos o como el casting que confirmó que este plantel tiene un serio problema de puntería. Dirán los béticos, con razón, que habrá que darle su ración de gloria a Joel, enorme bajo palos para irse virgen del Bernabéu.
Lo fácil un día de mal resultado es ennegrecer los análisis. Ciertamente, más allá de la puntería poco se le puede achacar a los de Zidane. Salieron decididos, con un Hazard que se quitó otro botón de su corsé y se vio frustrado cuando le anularon por fuera de juego un gol que ya había celebrado.
Rodrygo flotó de nuevo con sensación de peligro, Benzema se las ingenió para desmontar una defensa de cinco con otro de falso mediocentro. Hasta Mendy, que falló un clamoroso mano a mano, se sumó a la fiesta. Pero no era el día. Cualquiera lo habría dicho a los 15 minutos, cuando había 'overbooking' en la cueva de un Betis que amaneció en el choque bastante apocado.
Los verdiblancos, que sumaron su tercer encuentro seguido en el Bernabéu puntuando y sin encajar un gol (a ver quién lo iguala), tardaron en encender su 'kryptonita', pero lo consiguieron. El verde de su amuleto y su camiseta se hizo cada vez más intenso. Sobrevivió, aguantó y se agigantó en sus tres pieles durante el encuentro. Faltó una cuarta de una pizca más de ambición para haber pescado a la contra al final.
Las tuvieron también Loren, al que el marketing y el glamur no acompañan, pero que es uno de los delanteros más pudientes ahora mismo en España, y Fekir. Courtois, quizá celoso o contagiado por Joel, sumó más refuerzo de la autoestima con otra actuación perlada de buenas actuaciones puntuales.
El Madrid acabó con Sergio Ramos de delantero centro, a punto incluso de conseguir la igualada en el largo añadido. Aunque su imagen real fue la de Vinicius. Animoso otra vez el brasileño, volvió a condenarle su irremediable falta de gol. Su mano a mano en el 91 nos recordó que su desparpajo lleva el peaje de la falta de tino. Y que Joel, enorme en la salida, es mejor portero de lo que había demostrado hasta ahora.
Antes de eso, el Bernabéu, que andaba calentito con el "dejen jugar" del colegiado Sánchez Martínez, se quedó afónico pidiendo un penalti de Feddal por manos dentro del área. Centró Benzema, tocó en el brazo del central y solo una verdad clara: aún no tenemos claro cuándo es penalti y cuándo no porque ni los propios árbitros se ponen de acuerdo con sus decisiones.
Tampoco sabemos quién va a ganar la Liga, quién será el tuerto en el país de los ciegos. O visto lo visto, quiénes son los 19 que van a perderla. El Madrid debería ir al oftalmólogo. O al mercado de invierno en busca de los goles que le faltan.