Antes de que un insaciable Erling Haaland lo arreglara pasada la media hora, John Stones había metido al Manchester City en un lío cuando solo habían transcurrido 22 segundos del partido ante el Brentford. Y todo comenzó con una acción defensiva impropia del fútbol profesional.
Los visitantes metieron, desde la izquierda, un centro que no implicaba mayor peligro para la meta de Ederson. Fue un cabezazo de Lewis-Potter al que parecía llegar Ederson con su estirada, pero su compañero decidió anticiparse y alejar el peligro con un despeje.
La idea fue fabulosa. La ejecución, horripilante. Stones mandó la pelota a solo unos metros más a la derecha, todavía en el área chica. Y allí, Yoane Wissa solo tuvo que saltar y, con la testa, empujar la pelota para hacer el 0-1 para el Brentford.
September 14, 2024