Jonas Urbig, de Segunda a titular en Champions en tierra hostil

Después de seis enfrentamientos sin ganar, el Bayern de Múnich rompió la racha y derrotó al Bayer Leverkusen cuando más importaba: en una eliminatoria de Champions League. El equipo de Vincent Kompany venció por 3-0 en el Allianz Arena, aunque incluso la goleada tuvo su punto negativo: la lesión de Manuel Neuer. Una caída que además fue completamente surrealista, ya que el meta sufrió una rotura muscular en el gemelo de la pierna derecha cuando corría para celebrar el 2-0 de Jamal Musiala.
Aquello derivó en una situación aún más cómica. Kompany sacó al campo a Jonas Urbig, un joven de 21 años que debutaba con el club bávaro en la mismísima Champions. El asunto es que Sven Ulreich, aunque estaba convocado, se encontraba en la grada vestido de calle y tuvo que salir corriendo para ponerse de corto y ocupar su lugar en la banca. Habría sido una carambola muy grande, pero imaginen que el suplente también se hubiera roto y que el tercer portero anduviera degustando el catering del palco. No sucedió, por suerte.
La lesión de Neuer le abrió las puertas del mayor gigante de Alemania a un chaval que hace un mes y medio no era ni titular en la Segunda División del país. Imaginen cómo de rápido han escalado las cosas para el protagonista, Jonas Urbig. El guardameta nacido en Euskirchen se encontraba en la disciplina del Köln, pero fichó por el Bayern de Múnich el pasado 27 de enero, a escasos días de que cerrara el mercado invernal, a cambio de siete millones de euros.
Urbig se crio en la cantera del Köln y ya estuvo en algunas listas del primer equipo con 18 y 19 años, pero antes de tener la oportunidad de debutar pasó cedido por el Jahn Regensburg y el Greuther Fürth, ambos de la 2. Bundesliga. Tras el descenso de 'Die Greissböcke' a la segunda categoría, el guardameta se quedó en plantilla y gracias a su experiencia previa fue titular en los primeros compases de la temporada. Sin embargo, después de dos derrotas duras contra el Darmstadt (5-1) y el Paderborn (1-2), el internacional Sub 21 con Alemania pasó al banquillo. Su lugar lo ocupó Marvin Schwäbe, quien había sido primer portero del equipo las últimas tres temporadas.
La gestión de la portería del Bayern es un tanto compleja. La figura de Manuel Neuer ha opacado a todos los que han pasado por su lado, especialmente a Alexander Nübel. El de Paderborn fichó por el conjunto bávaro en 2020 y tras un año casi en blanco ha ido pasando de cesión en cesión. En el club son conscientes de que hay arquero y no quieren desprenderse de él, quizá con la promesa de que será titular cuando la leyenda germana ya no esté. El asunto es que Nübel ya tiene 28 años, estuvo dos temporadas cedido en el Mónaco, cumple la segunda en el Stuttgart y aún hay un préstamo acordado hasta 2026. Eso sí, su contrato fue ampliado recientemente hasta 2029, así que a priori siguen contando con él para más adelante.
En este contexto, los planes que tienen en el Allianz Arena con Jonas Urbig son una incógnita. ¿Quieren que sea suplente y posterior relevo de Nübel cuando regrese al club? Es pensar en un plazo muy amplio, aunque está claro que la apuesta por el joven va para largo y no parece tanto una moneda al aire. Eso sí, no ha tenido tiempo de asumir el cambio ni de comprender la presión que ahora pesa sobre él. Cuando aún se acomodaba a la suplencia de Neuer, le toca ser titularísimo en todos unos octavos de final de Champions League.
Tras jugar 40 minutos en la ida, Urbig ya fue titular este fin de semana en Bundesliga. No es que tuviera el debut soñado, ya que el Bayern cayó en casa contra el Bochum por 2-3. El meta encajó tres goles en cinco disparos a portería de su rival. Ahora se enfrenta no solo a la altura de la Liga de Campeones, sino a la presión de un estadio, el BayArena, que no le puede ni ver por sus antecedentes.
Como explicábamos, Jonas Urbig creció en el Köln y allí estaba hace solo un mes y medio. 'Die Geissböcke' son uno de los grandes rivales del Bayer Leverkusen por una cuestión geográfica: ambos protagonizan uno de los derbis de la región de Rin-Ruhr y no es que se lleven demasiado bien. Se recuerda la vez que Michael Ballack subió a la grada con los ultras del club farmacéutico a gritar "¡Köln, mi*rda!" y acabó con una multa de 8.000 euros. Y no nos vayamos tan lejos, en 'Bild' detallan que tras entrar al campo en la ida, los aficionados de 'Die Werkself' increparon al meta por este mismo motivo. Le espera una buena prueba.