Aunque la competición acaba de comenzar, ya se pueden apreciar ciertos matices en un conjunto azulgrana que no rehúye del juego directo, pero parece haber recuperado la mesura en el centro del campo.
La salida de Neymar ha condicionado notablemente las transiciones ofensivas, siendo su influencia prácticamente irremplazable por un Dembélé que continúa aclimatándose en el costado derecho.
Sin embargo, hay un hombre que sí 'celebra' la marcha del brasileño en el vestuario 'culé'. Jordi Alba estaba cohibido por Neymar, encorsetado en un rol defensivo que ni domina ni disfruta.
Sin espacio para sorprender, el lateral se había ido apagando en las últimas temporadas, convirtiéndose en la sombra de lo que un día fue.
Condicionado por las circunstancias, Valverde ha recuperado el equilibrio en el centro del campo para proteger a Busquets e Iniesta con el balón y no desgastarles persiguiéndolo.
Además, con Suárez en la izquierda, Alba recupera el carril. Los movimientos del uruguayo son distintos a los de Neymar y el catalán vuelve a desbordar como otrora.