En el duelo ante el Pontevedra de los treintaidosavos de final de la Copa del Rey, José Mari Martín-Bejarano tuvo que abandonar el terreno de juego en el primer tiempo por lesión y entró en la enfermeria del Cádiz.
El mediocentro volvió a jugar este domingo, ante el Barcelona, un mes y medio después desde que jugara su último partido oficial. Entró en la segunda mitad del duelo del Camp Nou y su vuelta la agradecieron los cadistas como agua de mayo.
El roteño se hizo con los mandos en el centro del campo y le aportó equilibrio y dinamismo a los suyos. Los amarillos apenas sufrieron en la segunda mitad, situación que los azulgranas también provocaron con sus tímidos ataques.
José Mari, imperial en el juego aéreo y un rompelíneas consolidado, entendió en todo momento lo que el Cádiz necesitaba y fue pieza fundamental en el empate que los de Álvaro Cervera terminaron sumando ante el Barça.
El centrocampista, además, se ha convertido en un amuleto para los suyos: con él en el terreno de juego, los de la Tacita de Plata no pierden desde septiembre de 2020, ante el Sevilla (1-3).
José Mari, además, valoró el partido con el pitido final: "Qué punto, qué trabajo, qué derroche... Qué buenas sensaciones. Qué vuelta del Cádiz que todos conocemos. El Cádiz que transmite. El Cádiz que, pese a las dificultes, se sobrepone, busca sus armas y pelea con todas las consecuencias".
"El equipo estuvo bien en la primera parte. Se había encontrado con una jugada desafortunada en el penalti, pero aguantó las embestidas de un rival importante que te mete en tu campo. Sabíamos que íbamos a tener las nuestras. Vuelvo tras superar los meses más complicados de mi carrera y estoy muy contento", agregó.