"Yo desde un punto de vista táctico era un 0 y estos 4 años han sido una universidad del fútbol" o "Cuando una persona es autoexigente, también es exigente con los que tiene a su alrededor" son solo dos de las muchas frases utilizadas por los grandes capitanes del Barça -en este caso Valdés y Xavi- cuando Pep Guardiola anunció en 2012 que dejaba el equipo para reflexionar acerca de su legado. Dichas afirmaciones no hacen sino constatar la enorme ascendencia del de Santpedor sobre cada uno de sus futbolistas a lo largo de su carrera.
Ni los más firmes detractores de Pep pueden negar que bajo la tutela del técnico ha habido una evolución enorme de varios futbolistas. Mientras que en el Bayern encontró un equipo mucho más hecho y que llegaba de ganar absolutamente todo y tuvo mucho más complicado hacer mejorar a sus hombres, su mano sí que se nota especialmente a la hora de evaluar qué se encontró en clubes como el Barça o el City y hasta dónde hizo llegar a sus pupilos tras unas temporadas.
Los máximos exponentes de transformación a las órdenes de Guardiola, tanto en el Barcelona como en el global de su carrera, son Pedro y Busquets. El tinerfeño era un completo desconocido cuando el técnico llegó al primer equipo del Barça y el pivote únicamente le sonaba al gran público por ser el hijo del ex portero azulgrana Carles Busquets. Pero Pep, que los conocía bien de su primer año en el Barça B, les dio galones y les fue moldeando poco a poco. El ahora extremo de la Lazio, que había llegado a debutar con Rijkaard, apenas tenía un ELO de 25 cuando debutó Guardiola y pasó a alcanzar un máximo de 82, una diferencia de +57. Busquets pasó de los 32 iniciales a los 85 finales, por lo que creció 53 puntos gracias a la tutela del técnico catalán.
En el Barça también transformó a Piqué -de 59 de ELO a 88, +29-, a Thiago -de 43 de ELO a 71, +28- y, cómo no, a Leo Messi, hombre al que empezó a dirigir cuando era una estrella en ciernes -79 de ELO- y al que terminó por convertir en el mejor jugador del planeta -100 de ELO- durante su estancia en el club azulgrana. Son los más significativos, pero no los únicos, dado que también fue decisiva su mano en jugadores tan dispares como Yaya Touré, Dani Alves, Andrés Iniesta, Xavi, el propio Valdés o unos ya veteranos Thierry Henry y Carles Puyol. El ELO de todos ellos creció a las órdenes de Guardiola.
En el Bayern de Múnich, como ya hemos reflexionado, no tuvo tanto margen de maniobra para cambiar a sus futbolistas. A su llegada, el club ya tenía al mejor equipo de Europa con diferencia, por lo que era complicado que sus estrellas fueran a más. Sin tanto ruido como con otros jugadores, sus métodos transformaron a un Rafinha que era más o menos un hombre de refresco en el equipo bávaro y se convirtió en un jugador imprescindible para Pep. Cuando el de Santpedor llegó al Allianz Arena, el brasileño tenía un ELO de 66 y terminó alcanzando un máximo de 79, una subida de 13 puntos sustentada en su polivalencia y gran regularidad en defensa y ataque.
Además del brasileño, fichajes de Guardiola como Bernat o Thiago fueron los más beneficiados por estar a las órdenes del entrenador en Múnich. El ahora jugador del PSG creció desde un ELO del 74 hasta el 81 -+7- y el hijo de Mazinho, que ya había proliferado 28 puntos en el Barça, sumó 6 más en Baviera y pasó de los 73 a los 79 de ELO en el Bayern en el periplo del técnico. David Alaba, Robert Lewandowski, Toni Kroos e incluso Franck Ribéry o Arjen Robben, pese a ser ya veteranos, también notaron el paso de Pep Guardiola por el banquillo del Allianz Arena y evolucionaron en su fútbol durante su estancia en el club.
La mano del entrenador catalán sí que volvería a notarse de forma notable en el Manchester City, un equipo que ha ido metamorfoseando desde dentro paso a paso desde su llegada en 2016. Si en Barcelona Pedro y Sergio Busquets fueron sus jugadores más mejorados, en el Etihad, la palma se la llevan dos futbolistas a quien el técnico también pilló jóvenes como Phil Foden y Oleksandr Zinchenko.
"El mejor es Messi, eso lo primero. Pero yo no conocí a Messi a los 17 años como he conocido a Phil. Y a esa edad, nunca vi a un jugador con su potencial", dijo del inglés, un jugador que tenía un ELO de 47 cuando él aterrizó y al que ha hecho llegar hasta los 82 actuales -+35-. Un crecimiento parecido ha experimentado un Zinchenko que era un completo desconocido en 2016 -53 de ELO- y que se ha convertido en uno de los comodines de Guardiola, quien incluso le ha reconvertido a carrilero o lateral. El futbolista fichado del UFA ruso ha alcanzado en estos años un ELO de 79, por lo que su evolución máxima ha sido de 26 puntos.
La capacidad para adquirir nuevos conceptos ha sido decisiva para que los futbolistas de Pep en el Etihad se hayan desarrollado de la forma que lo han hecho con él. Prácticamente todas las estrellas que han pasado por el equipo celeste han terminado siendo mejores que a su llegada. Especialmente importante fue el crecimiento de un Raheem Sterling a quien el Manchester City había fichado como estrella del Liverpool y que no había logrado explotar con Manuel Pellegrini. Con Pep, pasó de un ELO inicial de 77 a un máximo de 92 -+15-, mismo crecimiento experimentado por un Leroy Sané en quien el entrenador catalán depositó grandes esperanzas antes de que pidiera volver a Alemania -del 70 al 85 de ELO- ya como estrella mundial.
Stones, Gündogan, Ederson, Silva, Cancelo, Walker, Gabriel Jesus, De Bruyne, Bernardo Silva... incluso el Kun Agüero o Nicolás Otamendi, todos terminaron siendo mejores jugadores tras ponerse a las órdenes de Pep Guardiola con la camiseta ‘citizen’. Un aura de hechicero de la que se siguen aprovechando fichajes más recientes como Laporte, Rúben Dias o Grealish, quienes han evidenciado un entendimiento del juego mucho mayor desde que han recalado en el Manchester City del catalán.