De Julen a Nico: anteponer el corazón a la ambición

El fútbol es mucho más que medir el éxito en títulos y prestigio. Después de un culebrón eterno, Nico Williams plantó al Barcelona y acordó su renovación con su Athletic Club por ocho años más de lo que tenía acordado. Un vínculo hasta 2035 que recuerda al idilio con Julen Guerrero.
Hay ocasiones en las que el arraigo pesa más que los cantos de sirena que llegan del exterior. En la Ciudad Condal le prometían un salto de calidad con Hansi Flick y jugar junto a Lamine Yamal, pero disputar la Champions League en casa ha convencido al último hijo pródigo de San Mamés.
Extender el contrato de tal manera -con la compensación económica que conlleva- habla del compromiso de Nico Williams con el Athletic Club. Eso de anteponer el corazón a la ambición ya sucedió en el pasado con Julen Guerrero cuando Real Madrid, Barcelona o Inter llamaron a su puerta.
En marzo de 1995, Ramón Mendoza quiso llevárselo al Santiago Bernabéu pagando su cláusula de rescisión: 1.200 millones de pesetas -unos siete millones de euros-. En 1997, catalanes y 'nerazzurri' recibieron el 'no' por respuesta. Un 'One Club Man' que echó raíces en Bilbao para siempre.
Bien por el 'impuesto revolucionario' de ETA o por un condicionante sentimental, Julen Guerrero juró lealtad 'athleticzale' en San Mamés y Nico Williams no se ha quedado atrás. El himno de la Champions League retumbará en 'La Catedral' con el '10' de las rastas vestido de rojo y blanco.