El juvenil de Deportivo Maipú se volvió loco tras anotar un golazo por la escuadra que estuvo cerca de darle el triunfo a su equipo. Se fue al banquillo y le gritó algo a Carlos Spertutti, técnico del equipo.
Tras el partido, Agost tuvo que pedir perdón públicamente. Sobre todo después de que su rival hiciera de falta el tanto del empate en el 94' y dejará su tanto en nada.
9 de marzo de 2018