En un derroche de virtudes, el delantero guineano sedujo a su nueva afición en un amistoso gris, donde la estoica defensa de su rival apenas si permitió crear peligro a los subcampeones de Europa.
Birló el balón y aprovechó el corte para lanzar el contragolpe, sacando a relucir la potencia que le caracteriza para abalanzarse sobre la portería del Blackburn y asistir a Daniel Sturridge.
Celebró Klopp desde la banda la conexión entre sus dos pupilos, en una jugada que Mané y Salah firmaron en infinidad de ocasiones la pasada temporada e invita al optimismo a la parroquia 'red'.
Naby Keita rezuma el vértigo que profesa el técnico alemán, con el que aspira a lograr la gloria que le negó el Real Madrid hace unos meses en Kiev: la ansiada Champions League.
19 de julio de 2018