Una pared derribó un muro. El Leganés se hizo con la victoria en su visita al Girona en Montilivi gracias a la capacidad de Kevin Bua para desatascar un duelo competido en el que los albirrojos eran algo superiores. La efectividad acabó siendo la diferencia entre permanecer a la retaguardia del 'play off' o dar un pasito atrás.
El encuentro fue bastante igualado. aunque gozó de más tramos de dominio el cuadro catalán y hasta rozó literalmente el gol. De no ser por unos milímetros que sobraron, Santi Bueno habría marcado a los diez minutos tras cazar el palmeo de Cuéllar a un disparo de Samu Sáiz.
En posición legal, Sylla no logró empalar ninguna de las voleas que propuso. El '18', eso sí, desplazó a Stuani del protagonismo en la punta de ataque del equipo. El 'Pichichi' de la pasada temporada no terminó de aparecer e incluso lo intentó más Bárcenas desde fuera del área o Bernardo de cabeza. Mamadou enriqueció su repertorio cuando los suyos perdían -de cabeza, a bocajarro en el área...- en búsqueda del empate, aunque sin suerte.
Atrás, el equipo le negaba la mayor al Leganés en todos sus intentos de internada. No en pocas ocasiones el conjunto 'pepinero' combinó por las bandas, buscando la forma de colgar o filtrar balones, y se vio obligado a jugar atrás ante la imposibilidad de generar grietas.
Estas se abrieron solo cuando el cansancio azotó al Girona. En la segunda mitad, no constantemente, pero sí con mucho peligro, los madrileños conseguían acercarse a Juan Carlos. Javi Hernández avisó después de un mal despeje de Bernardo que desembocó en uno contra uno resuelto por el meta y Kevin Bua, revulsivo, no perdonó más tarde.
Construyó con Eraso una pared con una pizca de fortuna que puso en jaque a la zaga local, valió por el 0-1 -tiro potente y cercano- y condicionó los últimos minutos, que se antojaban igualados y acabaron procurando más soltura a los de Garitano tanto para buscar la sentencia como para cubrirse y más ansiedad a los de Francisco.
De hecho, esto último fue cuna de un error de Juan Carlos y Monchu, que no se entendieron atrás -pase raso del meta mientras el centrocampista corría hacia atrás sin ver que venía el rival-, para el 0-2 de Kevin. Robó, se quedó solo y, con una picadita, amplió la sonrisa 'pepinera'.