Y es que, el partido fue para los locales en todo momento. Fueron ellos quienes comenzaron más fuerte, quienes buscaron el gol y los primeros en encontrarlo. En concreto, el autor del primer tanto fue Stanislas.
El extremo izquierdo aprovechó un buen servicio de Cook para deshacer la igualdad inicial. Tras el gol, su equipo se creció aún más y llevó la iniciativa. Lo mejor que le pudo pasar al Burnley fue que llegara el descanso.
Tras el paso por vestuarios, el equipo visitante salió con mucha más ambición que en la primera mitad y comenzó a jugarle de tú a tú a los locales. Logró un gol en el 83 por obra de Vokes, pero su equipo no se mereció el empate.
Así que el fútbol hizo justicia mediante un gol de King a sólo cuatro minutos de final. Un tanto que sirvió para ganar confianza de cara a la próxima campaña.