Cualquiera que siga un poco al Liverpool es capaz de ver que algo falla. Llevan varias temporadas tirando el dinero en jugadores que luego no rinden (Balotelli, Aspas, Markovic...) o gastando millonadas excesivas (Benteke, Firmino...). Klopp querría hacerse con el control total en lo deportivo, y eso incluye tener la última palabra en materia de fichajes.
O, dicho de otro modo, tratar de repetir la fórmula ganadora que puso en práctica en Dortmund: comprar barato, vender poco y caro y formar un núcleo duro y ganador.