Las Fallas están cerca de comenzar en Valencia, pero Justin Kluivert ha adelantado el petardazo más gordo para el equipo 'che'. Rubén Baraja consiguió un triunfo mayúsculo, titánico, enorme y así con miles de adjetivos más, ya que supuso volver a respirar y abandonar los puestos de descenso.
Los ánimos no son los mejores en la capital del Turia, pero lo que sí dejaron claro los futbolistas valencianistas desde el pitido inicial es que quisieron los tres puntos sea como fuere. Y eso que Osasuna empezó mejor y dominando con el balón en los pies, pero sin profundidad ninguna sobre el área de Mamardashvili.
Ya pasado el minuto 20, empezó el show de un Iglesias Villanueva que no tuvo su mejor partido y necesitó más que nunca del VAR. El colegiado le enseñó una tarjeta roja directa a Sergio Herrera tras sacarle la pelota a Castillejo en la banda porque vio que le dio con la mano. Se fue al monitor y comprobó lo contrario.
El meta visitante sacó la pierna bien y le arrebató de forma limpia la pelota. Expulsión retirada. La primera clara cayó del lado local, cuando un fallo en la salida de balón de los de Arrasate provocó que Hugo Duro se quedara en posición franca de golpeo, pero prefirió escorarse y picársela a un Herrera que la salvó con la cara.
En la segunda mitad, los cambios y los ánimos de la afición provocaron un cambio de guion a favor de los 'ches', que vieron cómo se fueron comiendo poco a poco a los rojillos hasta anularlos por completo. En el 70', el estadio pidió un doble penalti ante Hugo Duro y Samu Lino, pero ninguno fue ni siquiera chequeado en el monitor.
El extremo brasileño hizo diabluras por la banda y se echó el equipo a la espalda para iniciar el camino del gol. Un gol que llegó en el minuto 74, cuando otro fallo en la salida de Osasuna, esta vez por parte de Torró, provocó que el cedido por el Atlético de Madrid se la dejara en bandeja a un Justin Kluivert que coronó su partido.
El neerlandés fue el mejor de su equipo y mejoró su actuación con un disparo a la escuadra más cercana para enloquecer Mestalla. Pareció el inicio de las Fallas, donde toda la ciudad se une para explotar pertardos y fuegos artificiales y quemar grandes figuras. El hijo del mítico futbolista del Barça adelantó la festividad con un golazo.
A falta de cinco minutos para el finalm un recién entrado Aimar Oroz vio la tarjeta roja, pero Iglesias Villanueva fue de nuevo al monitor para retirar la segunda roja del encuentro. Al partido le pasó de todo, menos un penalti, que sí que llegó ya en el añadido. Sin embargo, Hugo Duro no lo aprovechó y Sergio Herrera desvió el cuero.
Finalmente, los jugadores de Baraja defendieron el resultado con uñas y dientes e hicieron un esfuerzo enorme para mantener el triunfo en casa. Tres puntos que provocaron que el Valencia vea el descenso desde un poquito más lejos.