A los 20 minutos de juego, la Roma ya había conseguido una ventaja de dos goles. El primero llegó en la botas de Dzeko, que aprovechó una jugada mágica entre Zaniolo y Pellegrini.
Pero su compañero Kolarov no se quiso quedar atrás. El ex del Manchester City fue el encargado de duplicar la renta de los romanistas con un gran lanzamiento de falta.
El serbio se perfiló y volvió a demostrar que su zurda no ha perdido lustre. El balón se coló por la escuadra de la portería de un Dragowski que solo pudo hacer de estatua.