Bastó con ver el duelo entre Bayern y Real Madrid para recordar la especial incidencia que Thiago Alcántara tiene en este Bayern de Múnich, un equipo que perdió quilates, pero que continúa siendo uno de los 'cocos' del fútbol europeo.
Thiago es el que manda, el que azuza al árbitro cuando hay que protestar, por el que pasan todos los balones. Dirige, toca, llega al área e incluso destruye el fútbol del rival. Un futbolista todoterreno que disfruta de una madurez plena.
A los 28 años, le ha llegado la hora de ser el líder de un equipo que se regeneró el año pasado y sigue haciéndolo en 2019. Fue llegar Kovac y cambiar el sino de Thiago. De 22 titularidades en la 17-18, pasó a 37 en la 18-19.
La diferencia, posiblemente, es que ya no es tan mediapunta y sí más mediocentro. Baja a recibir más de lo que lo hacía en los albores de su carrera, es el nuevo Thiago. El faro al que se agarra Niko Kovac.