Michael Krohn-Dehli y William Kvist, que tienen 35 y 33 años respectivamente, son conscientes de que su edad no da para estar compatibilizan mucho tiempo el fútbol de clubes y el de la selección.
El jugador del Deportivo tiene un año intenso por delante en Segunda División, donde las 42 jornadas obligan a una exigencia importante en lo físico para ayudar al objetivo del ascenso.
Por su parte, el futbolista del Copenhague querrá seguir siendo una pieza clave en el equipo danés.
Ambos se van con el mal sabor de boca de haber acariciado los cuartos de final del Mundial ante Croacia.