Toni Kroos no es un futbolista dado a las tanganas o las polémicas. Su fútbol le aleja de ello. Se centra en distribuir la pelota con precisión quirúrgica o en poner a prueba a los porteros desde lejos. Además, es un perfil de futbolista alejado de la calentura. Frío, calculador, mide bien lo que hace, pero, contra el Girona, fue expulsado por primera vez en su carrera profesional.
El Real Madrid empató contra el conjunto albirrojo y él tuvo que enfilar antes de tiempo el túnel de vestuarios por dos tarjetas amarillas. La primera, al poco de arrancar la segunda mitad, la recibió por una zancadilla a Couto. Más tarde, llegó tarde a una entrada a Aleix García cuando este montaba una contra y el árbitro le hizo saber que debía abandonar el campo. No hubo protesta: el infractor aceptó su castigo.
El centrocampista, ni como 'merengue' ni en el Bayern o el Bayer Leverkusen, había vivido jamás esta situación. Para encontrar el único precedente, hay que acudir a un encuentro de las categorías inferiores bávaras que data del 1 de abril de 2007, cuando, como parte del Sub 19, vio también dos cartulinas amarillas.
Es muy llamativo que Kroos haya conseguido hilvanar casi toda una carrera -aún debe decidir si renueva en el Santiago Bernabéu, se retira u opta por otro destino- sin ser expulsado cuando ha estado casi siempre en los escenarios más ambiciosos y, como consecuencia, más tensos del mundo del fútbol. Es un hombre de hielo que siempre ha mantenido el temple, sin pasarse de frenada nunca... hasta ahora.
October 30, 2022