Según una información de 'Sport', las sobrecogedoras imágenes de uno de sus próximos talentos ha causado una seria e inmediata reflexión: debe jugar donde esté más pendiente de perfeccionar su formación que de esquivar feas entradas.
En un principio, la idea era la aplicada con la mayoría, seguir desarrollándose en el filial para poder ejercitarse con el primer equipo y estar dispuesto para aportaciones puntuales.
La hoja de ruta podría cambiar por una cesión a un equipo de superior categoría a la Segunda B y, por tanto, menos dura. Incluso se pondera seriamente la posibilidad de mandarlo a la Eredivisie cedido, como Oriol Busquets, por ser una competición que prima el fútbol ofensivamente y castiga severamente las entradas duras.
A la espera de lo que pueda suceder, Riqui Puig ya ha pasado página. "Muchas gracias por todas las muestras de cariño y ánimo recibidas. Todo bien y con muchas ganas de volver a los entrenamientos", escribió en su cuenta de Twitter el canterano este domingo.
Lo ocurrido en campo del Llagostera no es un hecho aislado, como muchos aficionados reclaman. Ya le tocó vivir también una entrada salvaje jugando en casa contra el Orihuela.
13 de octubre de 2019