La llegada de Javi Gracia al Watford le ha sentado a las mil maravillas al conjunto británico. Aunque no pudieron acabar más arriba en la clasificación -finalizaron 11º- , sí que tendán la oportunidad de luchar por el título de la FA Cup.
Un reto ilusionante para un equipo que dejó en la cuneta a los Wolves en semifinales en una eliminatoria apasionante. Y uno de los principales culpables del éxito del cuadro inglés es Troy Deeney, buque insignia de los 'hornets'.
La historia de Deeney merece ser contada, y más en la antesala de una copa que agrandaría su leyenda en el Watford. Después de no tener una infancia ni mucho menos fácil -su padre le abandonó cuando era un niño-, una noche aciaga pudo acabar con su carrera deportiva.
En febrero de 2012, el futbolista inglés decidió salir de fiesta y se vio envuelto en una pelea a las puertas de las discoteca donde pasaba la noche. Nunca pensó cómo acabaría afectando aquello a su vida.
Fue sentenciado a diez meses de prisión por propinarle una patada en la cabeza a uno de los implicados. Tras recibir la noticia de que tendría que ir a la cárcel, también supo que su padrastro había fallecido a causa de una enfermedad.
Su buen comportamiento en prisión le valió para que su pena quedase en tres meses. Un acto que acabó desembocando también en el perdón del Watford, que decidió darle una oportunidad más para demostrar que había asentado la cabeza.
Y así fue. En la temporada 2014-15, el año del ascenso a la Premier, llegó a marcar 21 goles en 43 partidos. Desde entonces sigue en los 'hornets' y ahora puede levantar el título de la FA Cup si logran tumbar al todopoderoso Manchester City. Y Deeney nunca oculta su pasado. "Ir a la cárcel fue lo mejor que me ha pasado", dijo en una de sus entrevistas con 'Daily Mail'. Quizás, ahora está donde está gracias a ello.