El estado de salud de Correa no es delicado, ni mucho menos, pero sí tendrá que ser intervenido este lunes en la Clínica Universidad de Navarra a través de una cirugía dermatológica.
El delantero argentino dejó la concentración de la 'Albiceleste' y este sábado quiso enviar una carta a través de sus redes sociales a todos sus seguidores para dar las gracias y explicarlo todo.
Correa aseguró que podrá estar de vuelta para jugar "en una semana" si todo va bien porque lo que le van a practicar es una corrección "de una cicatriz" de una vieja intervención de hace unos años en Estados Unidos.
Esta es la carta íntegra de Ángel Correa:
"Gracias de corazón... Me dieron ganas de escribir esta carta para contarle cómo estoy de salud y para agradecerles su preocupación. Me hace muy bien como persona que muchos me llamen y me pregunten cómo me siento, ya que recibo de ustedes fuerzas permanentemente y sin esas energías no podría crecer día a día en lo que amo que es simplemente jugar al fútbol.
Quiero que sepan que este lunes me van a corregir una cicatriz que me quedó de una vieja intervención que tuve hace años en Estados Unidos. Por si no se acuerdan, se los repaso: en el 2014 pasé por una situación difícil cuando me sometieron a una microcirugía cardíaca. Yo apenas tenía 18 años y salí adelante con fe y con amor a la vida, porque de eso se trata, de nunca darse por vencido ni aun en las más feas, nunca bajar los brazos. ¡Seguir metiendo y pensando en positivo!
Y les voy a contar algo, un enfermero que me cuidaba en ese hospital, sin conocerme y sin saber quién era, se me acercó a la cama y me dijo al oído que debía estar orgulloso de mis cicatrices porque me iban a servir de mapa para no perderme en la vida, y que cada cicatriz enseña algo, tanto las de la piel como las del corazón y de los sentimientos.
Por todo esto, les quiero contar que si Dios quiere, en una semana estaré para jugar de nuevo y para seguir dando lo mejor de mi persona en cada lugar donde me toque estar.
Creo que la vida es esto, nos enseña a cada momento que nada está asegurado, que cada minuto vale ser vivido, respirado, sonreír en las malas y llorar (de alegría) en las buenas. Pero por sobre todo ser agradecido con quienes te ayudan. Gracias a toda la Familia del Atlético de Madrid, a mis compañeros dirigentes, empleados y a lo más grande que tenemos que es nuestra Afición por acompañarme desde el primer día".