Se internó por el centro del área, miró a portería y no perdonó ante el guardameta blanco para decantar un encuentro que tenía color de tablas.
La celebración de la parte de la grada 'colchonera' se hizo notar, pero lo más destacable del tanto fue la celebración de Giuli Simeone, que acabó besándose el escudo del Atlético de Madrid.
Sus compañeros se volvieron completamente locos, y él aprovechó el momento para demostrar a la hinchada rojiblanca su amor hacia los colores del Atlético.