La celebración más antideportiva que verás en años

La final de la Copa de Malasia no fue apta para cardiacos. Se adelantó el Terengganu 2-0 antes del descanso, el Perak recortó distancias al poco de comenzar el segundo tiempo, y mandó el partido a la prórroga en el tiempo extra. En el 91', exactamente.
El mazazo no amedrentó al Terengganu, que volvió a ponerse por delante en el marcador en el sexto minuto de la prórroga. El Perak parecía abocado a perder la Copa.
Pero insistió, hasta que por fin, en el minuto 121, ocurrió el milagro. Una jugada trabada dentro del área terminó con un autogol de un jugador del Terengganu, mandado el partido a los penaltis.
Si el gol en el 91 se tuvo que celebrar a niveles demenciales, éste sobrepasó toda escala de locura. Mientras uno de los defensores del Terengganu se lamentaba sobre el césped, dos rivales fueron a celebrar el gol a su lado.
27 de octubre de 2018
O sobre él. En su cara, como suele decirse. Improvisaron un... ¿baile? No sabemos cómo llamarlo. Golpes de cadera acompasados con el movimiento de los brazos. Como hemos dicho, en la cara del abatido rival.
28 de octubre de 2018
No parecía enterarse de lo que ocurría, mientras un compañero suyo asistía atónito a lo que estaba sucediendo a un metro suyo. El fútbol en malasia no entiende de 'fair play'.
El colegiado les amonestó, como era de esperar, pero les dio igual. Tan igual, que uno de los dos celebrantes, invadido por la euforia, le quiso chocar los cinco al árbitro. En vez de eso, se conformó con un abrazo no correspondido. Su compañero le dio un beso al 'trencilla'. Surrealista.
El partido se fue a penaltis y ahí se impuso definitivamente el Perak, 1-4. No queremos imaginarnos cómo celebraron esta hazaña en los vestuarios.
27 de octubre de 2018