La Rosaleda vibró, latió y estalló con su equipo. La gente estaba eufórica y no paró de animar a un equipo que, después de años de incertidumbres, vuelve a brillar con luz propia. El Málaga tumbó al Girona y confirmó su gran momento de forma.
El cuadro blanquiazul está, tras cinco jornadas, sexto en la tabla, último lugar que da acceso al 'play off' de ascenso. Por si fuese poco, se encuentra a solo cinco unidades de distancia con el Sporting, líder de la competición con 13.
La ilusión vuelve a la Costa del Sol, algo que se notó en la campaña de abonados. Comenzó el lunes y en pocas horas el club ya contaba con 5.000 aficionados que habían ido a abonar la cifra correspondiente para disfrutar de su equipo durante el resto del curso.
Para mantener este buen sabor de boca, los costasoleños visitan en la próxima jornada a la Ponferradina, segundo clasificado, que pondrá a prueba el nivel actual de un Málaga que vuelve a brillar con luz propia. Licencia para creer.