Hace meses era el gigante resucitado, el Inter que dejaría en el olvido años de decepciones y de falsas esperanzas. Ahora es el mismo equipo agonizante que lleva siendo en las últimas temporadas. Un nuevo 'pinchazo' más, y ya van siete seguidos.
Desde que empató a cero contra la Juventus a principios de diciembre, el equipo 'neroazzurro' no ha levantado cabeza. Dos derrotas y cinco empates. Cinco puntos de 21 posibles hasta desembocar en el humillante marcador de este domingo frente al SPAL, un equipo en descenso.
Las sombras se convierten en monstruos, los molinos son gigantes y hasta el equipo más pequeño puede sacar algo positivo ante ellos. El empate, que marcó el debut del ex centrocampista del Barcelona Rafinha, no hizo más que demostrar la falta de capacidad de Icardi, Perisic, Candreva y compañía para firmar una temporada regular de una vez por todas.
Empezaron por delante en el marcador gracias a un autogol de Vicari al inicio de la segunda mitad y cuando parecía que los tres puntos estaban en sus bolsillos, Palaoschi, en el 90', les quitó las ilusiones y la oportunidad de decirle adiós a una racha horrible. Rafinha salió justo después del tanto encajado, jugó cuatro minutos y no tuvo oportunidad de tocar balón.
Con este punto, el Inter continúa en cuarta posición y se encuentra a sólo tres puntos de la Roma, el quinto equipo que aspira a entrar en Champions. Al SPAL, por su parte, el empate le supo a victoria, ya que se coloca a tan sólo un punto de los puestos del salvación.