Lo que ocurrió este miércoles en El Campín tendrá que ser estudiado en las escuelas de fútbol. Pero no por la calidad que rebosó el encuentro que albergó el estadio, sino por la anécdota que dejaron los tres goles que se anotaron en él.
Los protagonistas de esta desventura fueron Millonarios y Deportes Quindío, que se vieron las caras en la segunda jornada del Clausura Colombiano. Ambos conjuntos comenzaron su periplo con victoria y los tres puntos los aupaban hasta la cima en solitario.
Saltó la sorpresa en Bogotá. El cuadro visitante abrió la lata en el 14' tras un tanto en propia de Mackalister Silva. El centrocampista, en su intento de despejar un balón centrado desde la derecha, mandó con un testarazo digno de los mejores arietes el esférico al fondo del arco defendido por Vargas.
Jarro de agua fría para los de Alberto Gamero, que buscaron con más insistencia que fútbol el empate, pero Estacio, en las pocas ocasiones en las que estuvo exigido en la primera mitad, mostró seguridad bajo palos y logró que el duelo se marchase al descanso con el 0-1 en el luminoso.
Los 'emabajadores' afrontaron el segundo asalto con la idea de darle la vuelta a la situación. El técnico movió el banquillo, dio entrada a Bertel por Perlaza, y buscó más proyección ofensiva, aunque eso le diese espacios a un Quindío que esperaba lamiéndose los labios un contragolpe que fuese la estocada definitiva.
No obstante, la mala fortuna ahora fue a parar para el elenco dirigido por Óscar Quintabani. De la misma manera en la que encajó Millonarios el gol hizo el empate. Yeison Carabalí repelió el peligro de un balón colgado de forma errónea. Y es que el balón rebotó en su compañero Figueroa y este lo mandó al fondo de las mallas de su propia portería.
Empate a uno con dos goles que no brillaron especialmente por su belleza. Y no se quedó eso ahí. El cuadro 'embajador' remontó el partido ¡con otra diana en propia puerta! Yeison Carablí, para cerrar su nefasta noche, volvió a ser el riguroso protagonista. Estacio despejó un balón peligroso en su área con tan mala fortuna que rebotó en el pecho del '19', que volvió a ver cómo entraba el esférico en su arco.
Una historia de desventura que acabó con un desenlace feliz para Millonarios, que es líder del Clausura con los tres puntos, y excesivamente terrorífico para un Deportes Quindío que sumó su primera derrota liguera de la temporada.