No hay nada peor para un equipo moribundo que tener a un goleador voraz enfrente. Lo sabe bien el Sevilla, que se encontró con un Erling Haaland que tiene un idilio con la Champions League.
Ha caído de pie el noruego no solo en la Premier, con diez goles ya, sino también en su competición fetiche. Dos nuevas muescas en la Champions para llevar al Manchester City al liderato.
Es lo que tiene tener un '9', ponerlo y que además marque. Y es que Lopetegui optó por no meter a ningún delantero y jugársela con Isco de ariete, una apuesta que no le salió bien.
Todo lo contrario que un Haaland que siguió con su relación con el gol. Dos más sumó el noruego, capaz de no aparecer en 20 minutos y aun así abrir el marcador.
Apareció el City dominador del balón y desapareció el buen inicio del Sevilla. Con el cuadro hispalense cada vez más hundido en su área, los 'sky blues' comenzaron a tocar la orquesta hasta encontrar el hueco en el que apareció Haaland para meter la pierna y poner el 0-1.
Reaccionó el equipo de Lopetegui, pero en lo que fueron los mejores minutos del conjunto español, el City apareció en su versión mortífera, la que aprovecha los huecos para que Foden, gambeteando en una baldosa, dejando 'tirado' a Gudelj y marcando el 0-2 con el que terminó de hundir el barco hispalense.
El runrún comenzó a aparecer en la grada y el City ya supo por dónde hacer más daño. Y, cómo no, apareció de nuevo un Erling Haaland que solo tuvo que empujar la pelota.
Rúben Dias, con el público mirando y culpando al palco, terminó de redondear una noche más para un Manchester City al alza y una pesadilla para un Sevilla que empieza a hundirse.