Un reportero de guerra acompañó recientemente a un batallón en Mosul y vivió un capítulo de esos de los que engrandecen al deporte rey.
Los tiroteos se sucedían entre escuadrones cuando, de repente, algo detuvo los disparos y devolvió la paz, aunque fuese por un momento, a la ciudad iraquí.
Para sorpresa de todos, una discusión sobre la alineación del Barça-Juve de Champions fue la causa por la que las armas se bajaron para dar paso a las opiniones y visiones de los protagonistas acerca del encuentro de vuelta de los cuartos de final.
Sin duda, es uno de esos capítulos que encogen el corazón en un territorio muy falto de detalles y gestos como este. El fútbol, una vez más, se impuso al odio.