Erling Haaland y Kylian Mbappé. Ambos son los futbolistas de moda en todo el mundo y parecen llamados a marcar una época en el balompié durante los próximos diez años. La cuestión es saber en qué equipo estarán cada uno de los cracks en temporadas venideras.
Sus fichajes, en una situación económica de lo más delicada por la pandemia, se antojan más que complicados, ya que además de un traspaso multimillonario, ambos futbolistas querrán tener un salario a la altura de lo que ya son: grandes estrellas.
Los dos nombres han sido vinculados con fuerza a un Real Madrid que necesita a referentes estelares sobre el terreno de juego para reverdecer viejos laureles y volver a ser una referencia en Europa. Parece que el Madrid deberá elegir entre el francés y el noruego, pues juntar los dos se antoja como una quimera económica.
Desde Inglaterra ha trascendido que la intención de Haaland es la de cobrar 18 millones de euros brutos por temporada, cifra que parecen dispuestos a poner sobre la mesa equipos como United o City. Por su lado, de Mbappé se deslizó que pretende tener el mismo salario de Neymar en el PSG, que asciende a 36 'kilos', pero limpios de impuestos. Es decir, un gasto total de 72 millones anuales para la entidad.
90 'kilos' anuales en sueldo
Solo en salarios, para juntar a ambos cracks, el Madrid debería desembolsar 90 millones al año en ambos futbolistas, algo difícilmente asumible, tal y como indica 'AS', por el momento y, sobre todo, por la estricta escala salarial que impera desde hace muchos años en el equipo del Santiago Bernabéu.
Si ambos jugadores firmasen un contrato de larga duración (de unos seis años), el montante de la operación ascendería a un total de 540 'kilos', a los que habría que sumar unos traspasos que, entre ambos futbolistas, superarían los 300 millones.
Es decir, para juntar a Mbappé y Haaland el Real Madrid debería destinar para ese periodo de tiempo estimado (de seis años) más de 840 millones de euros en dos jugadores que, por curso, le costarían al club en torno a los 140 millones. Una cifra que asusta pero que, deportivamente, podría valer la pena si con ella se puede juntar a los dos jóvenes con más proyección del planeta.