En el fútbol las cosas pueden cambiar, pero no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Lo del Astra Giurgiu es lo más parecido a dicha inmediatez, pues ha pasado de ser campeón de Rumanía a descender a Segunda y estar a punto de desaparecer.
La crisis ha golpeado muy fuerte al mundo del fútbol, y con especial dureza a aquellos clubes, modestos o no, que ya estaban con el agua al cuello. Clubes como el Astra Giurgiu.
Este equipo, de la localidad de Giurgiu, en la Alta Valaquia rumana, se proclamó campeón de Liga no hace tanto. Quedó por delante de clubes con solera o poderío, como el FCSB o el Dinamo de Bucarest, y jugó la Champions.
Técnicamente, la fase previa, donde el Copenhague le eliminó a las primeras de cambio. Le tocó entonces jugar el 'play off' de acceso a la fase de grupos de la Europa League, y fue encuadrado con el West Ham.
Y aquello, que se intuía como el fin de la historia, se convirtió en una pesadilla para los 'hammers'. Empataron a uno en Rumanía, y el Astra ganó 0-1 en Londres, metiéndose en la fase de grupos de la Europa League, alcanzando los dieciseisavos de final.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. El curso siguiente volvió a clasificarse para la previa de la Europa League, pero no volvería a la fase de grupos. Sería su última participación europea.
El parón por el coronavirus mató a un club que vivía al día. Que, como muchos otros, ganaba dinero para pagar deudas. Esta temporada el resultado ha sido sencillamente catastrófico.
Mantuvo el tipo a pesar de todo, pero no logró eludir la lucha por la permanencia (en Rumanía, los diez últimos juegan un 'play off' por la salvación, tras el que los dos últimos descienden directos y los dos siguientes se juegan la tercera plaza). Y ahí se hundió.
Su derrota ante el Viitorul Constanta en la última jornada condenó al Astra al descenso directo. Y con él, la desaparición y refundación en categoría de fútbol amateur, como le ocurrió al Rapid de Bucarest.
Sin embargo, el Astra se guarda un as en la manga: la Copa de Rumanía. Porque mientras al equipo le iba de pena en la Liga, en la Copa avanzaba ronda tras ronda hasta plantarse en la final.
Enfrente tendrá al Universidad de Craiova, tercero del campeonato liguero a falta de una jornada en la liguilla por el título. Será el partido más importante de la historia del Astra.
Porque ganar tiene doble premio. Descenderá igualmente a Segunda, pero disputará la Europa League, y con ella unos ingresos económicos que sin duda salvarían al club de su segura desaparición.
Pero en caso de caer en la final, será el adiós del Astra Giurgiu, un histórico de casi 90 años que, pese a saber lo que es arrastrarse por el fango (en 2008 llegó a jugar en Tercera), nunca lo había hecho en una situación tan precaria como la actual.