La Bombonera, sin el alma de sus aficionados, se vistió de gala una vez más para acoger a la Selección Argentina, lanzada tras los dos primeros triunfos frente a Ecuador y Bolivia ante una Paraguay que llegó a la cita con una clara identidad: la de no dar por perdido un solo punto en esta fase de clasificación. Y los chicos de Berizzo lo demostraron en cada minuto sudado en Buenos Aires. Le faltó paciencia al equipo local en las zonas importantes de influencia y lo pagó con dos puntos.
Con la duda en el aire sobre la titularidad de Messi y con la confirmación de ver al '10' de inicio, Argentina comenzó el partido recién levantada de la siesta. Todavía adormilada, vió como la 'Albirroja' comenzó en un estado de concentración máximo y con las ideas muy claras. Cortocircuitó cada salida de balón y puso en problemas a la 'Albiceleste' a la hora de encontrar pases verticales.
Scaloni, en un ataque de entrenador, apostó por un batido que Argentina había probado pocas veces. La línea de tres de Montiel, Martínez Quarta y Otamendi tardó en arrancar y Paraguay encontró grumos para complicar la vida en los primeros minutos.
De ese dominio posicional visitante se libró Argentina justo cuando Paraguay se encontró con el penalti. Almirón, un auténtico incordio durante todo el partido para Montiel, se marchó de dos rivales y, al entrar en la zona caliente, hizo caer en la trampa a Martínez Quarta, que metió la pierna y derribó al futbolista del Newcastle. Pena máxima y exhibición de sangre fría de Ángel Romero, que con una tranquilidad pasmosa engañó a Armani para el 0-1.
La ventaja paraguaya y la lesión de Exequiel Palacios, por el que entró un gran Giovani Lo Celso, reactivaron al combinado argentino. Messi dejó algunas pinceladas, pero no logró destacar como sí lo hizo en la segunda mitad. Pese a ello, el equipo local encontró en el balón parado a su máximo aliado. Lo Celso botó un córner magnífico y Nico González, el menos vigiliado, entró como un avión para firmar el 1-1.
Cambio de guion y aparición de Messi
El partido pegó un giro de 180 grados en la segunda mitad. Paraguay mantuvo su buen hacer defensivo y dificultó los ataques argentinos, menos con el paso de los minutos, pero tanto Leo Messi como Lo Celso tomaron el mando en los ataques del cuadro de Scaloni, que mejoró por momentos.
Primero fue Lautaro Martínez el que pudo culminar la remontada con un mano a mano perdonado, justo antes de que Paraguay reclamase una posible mano dentro del área de Otamendi que vio el VAR y en la que no vio infracción. Instantes después, llegó la acción que marcó el devenir del encuentro.
Nico González robó en campo propio, inició el contragolpe, encontró a un Lo Celso que se coló en el interior del área y, con la pausa del jugador del Tottenham, pudo ver la llegada desde atrás de Leo Messi, que hizo el gol de siempre, con la zurda, al palo corto del portero. La tocó Silva, pero no acertó a rechazar.
En plena celebración argentina, un silbido destronó la alegría de la 'Albiceleste'. El VAR llamó al árbitro a revisar la jugada por una posible falta previa de Nico González en el momento de su recuperación. El colegiado analizó y, minutos después, decidió y señaló la falta a favor de Paraguay para anular el 2-1 de Argentina y, por tanto, el rescate de Messi, que no se lo podía creer. Protestó y protestó el '10' sin sacar premio.
Pese al mazazo, no paró de intentarlo el equipo de Scaloni en un tramo de partido en el que desapareció Paraguay. Primero fue el VAR y, después, el larguero el que evitó el tanto de Messi, en este caso de libre directo.
Di María, Lo Celso, De Paul... los argentinos lo intentaron hasta el final. Incluso Messi, al que se le gastó la gasolina en los últimos minutos y estuvo más impreciso que de costumbre. Echó en falta un cable en los metros finales, donde a la 'Albiceleste' le faltó ser más determinante e imaginativa, como en otras ocasiones. También más calma a la hora de encontrar el último pase. El muro defensivo paraguayo desesperó.
Al final, sabor amargo para Scaloni y compañía, que desaprovecharon la primera parte y el arreón de la segunda no dio para más que para un empate que vale por un punto, el mismo premio que obtuvo Paraguay, con más fundamentos defensivos que argumentos en ataque. Encuentro aguerrido de los de Berizzo que les sirve para mantenerse en la pelea.