El consumo de droga por parte del jugador se produjo unos pocos días después de que concluyera la investigación por la muerte de su bebé, quién había perdido la vida hace unos meses. Desde la Football Association consideran que el retorno del inglés a la práctica del fútbol le ofrece una posibilidad de reconstruir su vida y la de su familia, aunque en caso de reincidencia se enfrentaría a una pena grave.